Miguel Milá acierta compositivamente con esta demostración de artesanía industrial. Una columna cilíndrica de roble macizo, vaciada longitudinalmente mediante unas incisiones que producen una verticalidad simétrica y que da fuste a una pantalla casi cilíndrica de lino blanco. Sin concesión al adorno innecesario, las lámparas FAD se distinguen por su elegancia permanente.